Por Danilo Ameida, Director de Nuevos Negocios en NAGRA, que cuenta con centros de monitoreo de piratería en Brasil, Denver y Madrid.
Con la expansión de OTT, más redes y dispositivos conectados, la piratería ganó el estatus de un problema pandémico – sin fronteras – siguiendo un camino no lineal y utilizando una estructura organizada para capturar y distribuir contenido ilegalmente.
En este escenario, la industria del entretenimiento se dio cuenta de que todas las herramientas que cifran las transmisiones de un extremo a otro y de diferentes formas, control de acceso condicional para lo que es broadcast y DRM/M-DRM para todo lo que es streaming, a menudo, no lo es más suficiente para combatir por completo la infracción de derechos de autor. Esto se debe a que a lo largo de toda la cadena de producción del ciclo de vida de un video, ya sea contenido en vivo o grabado para reproducirlo más tarde, existen debilidades y la posibilidad de que un pirata robe el contenido. Y la mayoría de las veces, los piratas roban la señal en la última milla para obtener todo el valor agregado de esa señal a la vez.
Esto planteó un nuevo desafío para elevar el nivel de protección en la cadena de distribución, mostrando la necesidad de monitorear, recopilar y actuar sobre la base de la inteligencia para proporcionar a la industria evidencia convincente que podría conducir a pérdidas financieras para aquellos involucrados en operaciones piratas y distribución de contenido ilegal.
Con ese fin, las empresas de tecnología han desarrollado servicios contra la piratería y herramientas técnicas que permiten una rápida identificación del robo de contenido y el seguimiento de la fuente. Actualmente, las más efectivas son las marcas de agua. Pueden venir en video (visible o no visible) y / o en audio (audible o inaudible), incluidos en la preproducción, producción, postproducción, distribución a la cadena cinematográfica y en la distribución dentro de la paquetización en empresas que concentran señales, como los operadores de TV de pago. Eso es porque si el pirata roba al final, no sirve de nada saber lo que recibió el superaggregador; es necesario tener esta extensión al consumidor final. A través de la marca de agua, esto es posible, ya que permite el reconocimiento de fugas.
Además, las empresas de tecnología crearon servicios de monitoreo activo para identificar marcas de agua y poder encontrar fugas. El trabajo de investigación funciona como una radiografía real dentro de la piratería, revelando cómo se organizan los piratas, cómo monetizan y se preparan para llegar al mercado.
Este trabajo permite recolectar evidencias que son utilizadas por empresas y asociaciones de manera judicial. En términos legales, cada país tiene su propia legislación y reglas sobre cómo proceder. En Brasil, por ejemplo, las acciones legales antipiratería, como las necesarias para el tier down cuando cierta la existencia de una mini head end pirateada o para el bloqueo de IP o DNS, deben pasar por el Ministerio de Justicia. El trabajo es arduo y minucioso, y como resultado de ello, asociaciones como Alianza y ABTA, en Brasil, pueden presentar denuncias, como las que contribuyen a la Operación 404.
En los Estados Unidos, la International Broadcaster Coalition Against Piracy (IBCAP) ha estado promoviendo un ataque coordinado contra los piratas, asegurando que los servicios y minoristas no autorizados rindan cuentas y que sus plataformas estén cerradas. El IBCAP, que representa a más de 140 canales de televisión de Europa, Brasil, Medio Oriente y el sur de Asia, junto con servicios de inteligencia técnica, monitorea e identifica proactivamente los servicios de video no autorizados, recolectando evidencia y utilizando este material en juicios. En ese país, ya se han presentado al menos 20 demandas exitosas en los últimos cinco años, que, además del impacto financiero, resultaron en órdenes judiciales a CDNs, Proveedores de Servicios de Internet (ISP) y minoristas, deshabilitando por completo la red pirateada.
Las demandas exitosas también crean conciencia por parte de los consumidores. Cuando se cancela el servicio de canales no autorizados, el consumidor queda desatendido, sin sus canales favoritos y sin ninguna garantía de recibir el reembolso del dinero que pagó. Este miedo hace que los consumidores estén más alertas en el momento de la compra, buscando más recursos para saber si de hecho están comprando a una fuente autorizada capaz de brindar un servicio confiable.
Para los revendedores de servicios de IPTV ilegales, que arriesgan su negocio al participar en actividades delictivas, juicios, al incluir pruebas y reclamar daños sustanciales, el mensaje es claro: la infracción de derechos de autor no vale la pena, debido al riesgo de responsabilidad que representa.
En contacto directo con las webstores, también es posible eliminar aplicaciones, lo que no prescinde de un informe legal muy bien fundado con pruebas irrefutables de infracción de derechos de autor.
Estas estrategias antipiratería muestran cómo la tecnología puede ser útil para combatir la infracción de derechos de autor, no solo cuando la solución garantiza un conjunto completo de recursos en las redes de transmisión e IP que pueden proteger contra diversas amenazas, sino también cuando resulta indispensable y está comprometida con el apoyo a demandas judiciales contra servicios pirateados. La certeza es que invertir en tecnología crea obstáculos que ayudan a desmotivar a los piratas e a identificar fugas. A partir de ahí, es posible bloquear e interrumpir el flujo ilícito de contenido robado, si no a través de la ciberseguridad, luego a través de la ley.